Esta es la historia de una aventura rocambolesca que tuvo un mal comienzo cuando Marmitaco, de una manera inconsciente, transmitió una ideas que no se sabe de quién salieron, pero que llegaron a oidos de Takesi. Demasiado deprisa, las hizo suyas: "anirem per la penya del Frares i baixarem per Onil cap a Ibi". Parecía un ruta sencilla, apacible y rápida. Una vez partieron, ya subidos en las jacas, Nyofles encaminó la comitiva hacia Sax,... y empezaron las primeras sospechas. Hacía calor, algunos habían comido ya pero otro no, los guiaba Nyofles, todo era cuesta abajo, Takesi siempre iba un poco rezagado: algo olía mal. Al llegar al final del camino de servicio colindante a la autovía de Sax, giraron rápidamente hacia la derecha y se adentraron en un espeso bosque. Pararon a comer algunos, otros miraban y empezaban a hablar de fútbol, algo de política y alguna crítica constructiva a alcaldes y alcaldesas de nuestro entorno. (aquí dejo el relato del descanso). Una vez acabadas las viandas y recogidas algunas fuerzas, los intrépidos aventureros: Takesi, Oposisió, Nyofles, Lance y Marmitaco emprendieron lo que en principio era una dura subida a esto de los frares. No sabían lo que les esperaba allí arriba. Si lo hubieran sabido jamás hubieran ni siquiera intentado el ascenso. Ya a las primeras de cambio se deshizo el grupo, unos delante otros, con la barriga llena detrás, pronto todos de pie, a punto de tirar las bicis por el barranco. Una calima a las 4 de la tarde, sin un resuello de aire, con un camino polvoriento de una inclinación del 78 % y el termómetro de la bici marcando 39º, aplastó literalmente al ccestupendo. No se sabe cómo, pero todos llegaron a la cima, donde se volvieron a reunir a la sombra de unas rocas. Llegaron a la otra parte de la montaña y parece que todo cambió. Con las vistas maravillosas, la humbría, la vegetación y el descenso el grupo tuvo pequeños brotes verdes que hacían intuir una pronta recuperación. Bajando una magnífica subida llegaron al puerto de Biar, pasaron por la carretera de Onil hacia una muy merecida búsqueda del mejor xambit. Una vez encontrado, reposaron, se relajaron, se tomaron sus valencianos, hablaron de educación y de adolescentes confusos y regresaron via via a Ibi. Todo parecía llegar a su fin felizmente, pero no contaban con la astusia de Nyofles, que parece un alumne y jugando, jugando se empotró con Marmitaco. Ambos dos se fueron al suelo. Con gran agilidad ambos hicieron piruetas y saltos mortales, rodando por el asfalto en un suspiro. Al no pasar nada grave, solo leves contusiones, y por no meter más el dedo en la herida y empezar con improperios y cariñosos calificativos hacia el petit Nofles, se da por finalizada la historia. Una historia llena de endorfinas, adrenalinas y calinas difícil de olvidar.
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1 comentario:
oye... pero murio la pagina o es que no hay fotos de la salida de este verano???
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